Hay cosas que no se ven, se sienten; el ruido suave del agua en las piletas, los zumbidos de los pinos que asemejan a una brisa, los aromas del bosque, los verdes variados, el mar escoltando el hotel, ofreciendo su imponencia a dos pasos por el verde acolchado del parque. Más no se puede pedir. Muchas sensaciones para un solo lugar. Marcin, una propuesta única!!!
Confort y servicio en un lugar único...
Frente al mar y en el bosque...